viernes, 27 de febrero de 2009

HOSPITALIDAD GAUCHA





























La pampa volvió a darnos dos lecciones de grandeza, su infinita monotonía y su valiosa hospitalidad, cabalgar de nuevo la ruta 40 buscando avanzar hacia el sur, en un paisaje de extrema llanura, tan solo robada por el lejano horizonte que une el cielo y hace dudar donde comienza, una fotocopia de África en la inmensa sudamérica.

Dejamos la Estancia de los Toldos en el pueblo de Perito Moreno, con un inesperado pinchazo mañanero en mi moto, que a la postre solucionamos sin mayores consecuencias, la ruta 40 en esta parte del recorrido está bastante avanzada, al menos más compactada, haciendo que el paso por el ripio, sea más tranquilo y rápido.

Después de pasar la entrada a Cueva de las manos, llegamos a Bajo Caracoles, un verdadero Oasis en el desierto, con supermercado, tienda, bar, ferretería, gasolinera. Un diez en uno, para el viajero que hace escala sin dudarlo después de tragar tierra y horizonte.

La carretera estatal avanza ahora más de 50 nuevos kilómetros de asfalto, para darnos un respiro, última parada antes del tramo final. Fue donde conocemos a un verdadero trotamundo en moto, Un argentino, español que reside en Nueva York, y que hacía cuatro meses que salió de la ciudad de los rascacielos para cruzar todo centro América y el gran Sur, por la panamericana. Ya había concluido su periplo hasta Ushuaia y venía subiendo de vuelta. Increíble aventura. Con cerca de 30.000 kilómetros realizados.

La hacienda la Angostura, punto de destino final de nuestra etapa, Es un paraíso en medio de la nada, un enorme valle de color verde, con abundante agua empantanada. En el horizonte corren los caballos libres, más de 1900 ovejas, garzas, patos, y un montón de vida animal, acompaña la hacienda, de nuestro anfitrión. Un Gaucho de bandera.

Nos enseña la Estancia, hospitalidad y encanto con una construcción antigua, Gatos, perros y hasta la oveja Cuco, mascota que nos sigue a todas partes buscando el cariño del turista, un lugar mágico sin dudas, para el descanso y la comunión del viajero con la dura realidad del trabajo de la hacienda, el ganado, la hortaliza, la caza, los caballos, una estancia de 20 mil hectáreas, con más de tres días a caballo para recorrerla en línea recta.

La noche, nos trajo la lluvia y un verdadero asado Argentino con carne a la cruz, con chimichurre, una guitarra en manos del Gaucho habla, nos contó de su soledad en la Pampa, nosotros le llevamos pasodobles de España, y entre risas y sana camaradería, la noche nos metió en la cama, con una agradable sensación de fortuna.

La etapa de mañana Avanza 300 km más hacia Calafate. Primera parada doble, vuelve el verde sin bosques, cambiará el paisaje y aparecen los hielos y los lagos. Nos queda una larga semana para llegar al fin del mundo, De momento todos bien, disfrutando de experiencias y culturas. El mundo en moto, memorias para toda la vida.

Buenos días España, buenos días Canarias, pronto conectamos de nuevo. Llevamos varios días, perdidos en el interior de la Pampa sin comunicación.

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