MARGARITA VILLA

Bueno es facil hacer historia pero dificil despues escribirla

Llege a Osorno con la ilusión de fundirme en los paisajes, dejarme llevar por su paz y su armonía, asustada por todos esos kilometros, y llevando conmigo el aroma de mi tierra para dejarlo sembrado en mis compañeros.
Los primeros días afloraban a lo lejos los pequeños monticulos de hielo los cuales al final convertidos en glaciares me iban a embriaguar con su imponencia , sin imaginarme que para poder llegar a ellos, la naturaleza me iba descubriendo su hermosura en cada pequeño detalle, sin dejarse deslumbrar por el paso de los hombres.
Bosques selvaticos que me hacian añorar paisajes de mi tierra, ríos y lagos de increibles colores, cascadas de sonidos vibrantes, venados, llamas. guanates, scubas, cuaqueños, zorrillos y los pinguinos bellisimos, elegantes, majestuosos, me dieron una lección de tranquilidad y convivencia.
Nunca voy a olvidar los descansos diarios con la taza de café que hacian mas facil mi viaje, las fotos en grupo, las veladas nocturnas con el mejor vino y las sonrisas contagiosas, que hacian de cualquier lugar el sitio mas alegre del universo, la hospitalidad gaucha en medio de esa inmensa soledad y de ese silencio profundo, donde solo el viento susurraba en mis oidos.
Gracias a todos mis compañeros de viaje Sonia Ale, Kiko,Cristina, Miguel, Elias, Cuco, feli y mi compañero Oscar, siempre estaran en mis mejores recuerdos y a los que cargaron con este paquete a cuestas durante todos los recorridos ya descansaron.
Les dejo mis pequeñas palabras, que estas logren expresar un poco todos los sentimientos embriagadores de este viaje.

Los recuerdo