EL FRIO, ENEMIGO DESCONOCIDO

Si por si acaso nos faltara algún elemento que probar. Llego el que desconocíamos, el Frío. Ale nos aconsejo que fuéramos poniendo los forros a las chaquetas y abrigos, pues empieza el desagradable frío a jugar con nuestra moral, Lo cierto es que tuvimos una media en toda la etapa de 4 escasos grados, esto da un giro enorme a todo lo que conocemos hasta hora. Hemos tenido otro pinchazo, esta vez le tocó a Oscar Ale solucionó el problema con buenas mañas y herramientas.

Salimos de Calafate a las 9 H. para detenernos brevemente en la asomada, desde donde se divisa todo el amplio valle y el río argentino a lo lejos. Continuar por el altiplano bajo y desierto nos iba mentalizando por donde se colaba el aire, y donde tenemos que abrigarnos más. En la siguiente parada ya estamos sacando, chubasqueros, Gorros de lanas, Buff y todo lo que pudiera atajar el incomodo elemento.

Pasamos por la cortada, el atajo que nos haría recortar el recorrido, sin lluvia, lo cierto es que estamos teniendo demasiada suerte hasta ahora, el mal tiempo va detrás de nosotros. Nos llegan noticias, que el otro grupo de austriacos se han quedado atrapados en el barro, en la angostura. Que la pareja de holandeses, han tenido que dejar las motos y echarse a caminar, por que es imposible avanzar en el barrizal.

Pronto llegamos a la frontera de Argentina pasando el pueblo de Río Turbio, De aquí nos despedimos y entramos de nuevo a chile, La imagen que da chile en su frontera esta a años luz de la argentina, en infraestructura y control. La Sierra de Dorotea nos da la bienvenida a chile, descendemos 24 km. Para conocer puerto Natales, un puerto de mar, con olores marineros, una hermosa ciudad sencilla de costa interior, con colores alegres y buenos servicios. El mar tiene otra vida, muchos tipos de aves, y hasta cisnes de cuello negro, nadan en Grupos por la playa.

La estampa de las altas montañas nevadas y los glaciares, vuelve alegrarnos la visión a pesar del “pelete”. Decidimos acercarnos a las Cuevas de Milodón. Un prehistórico animal que tiene su busto en la entrada al pueblo, algo mezclado entre oso y caballo. La caverna tiene 200 metros de profundidad, 80 de ancho y más de 30 de alto, Una pareja de zorros son los anfitriones, pues vigilan la guarida de sus crías entre los pedruscos enormes que han caído del techo.

Llegamos a la Estancia del Pionero, una bonita construcción de estilo inglés en medio de un valle y cercano al pueblo de Cerro Castillo, rodeado de buena vegetación y excelente paisaje. Agradable visión del lugar, ahora más verde y amplio, con una estampa que se prepara para el cambio, de nuevo del desierto, a la montaña helada,

La etapa de mañana será otra mística experiencia con la naturaleza, pues el parque nacional de las torres de Paine, cuentan que es sensacional, será unos 220 kilómetros de etapa, Una propina para lo que estamos acostumbrados, hacemos una noche más en esta estancia, para continuar al fin del mundo.

Buenos días España, buenos días Canarias.